martes, septiembre 05, 2006

Ideas a la deriva

Tantas vueltas da el cine sobre sí mismo que es el ombligo que traga su cuerpo. Así, nos damos cuenta de que todo vale, incluso, una película que se come seis horas de argumento:
Basada en una historia real. Un fin de semana a bordo de un yate de lujo se tuerce para un grupo de antiguos compañeros de instituto que se olvidan de bajar la escalerilla antes de bañarse en el mar. Resulta imposible subir de nuevo al barco, lo que les deja a la deriva, a millas de la costa. Cuando finalmente parece que han asimilado la dramática situación, estos amigos comienzan a atacarse los unos a los otros. No tardarán en sentirse exhaustos intentando mantenerse a flote y la lucha por volver al barco comienza a tomar un giro terrible. Lo que comenzó siendo una agradable reunión, se transforma en una lucha por sobrevivir.
"A la deriva", de Hans Horn.

Impresionante guión, donde la acción surge de unas mentes privilegiadas que olvidan utilizar una escalerilla. Por supuesto, los 90 minutos cobran pleno sentido con seis personas intentando escalar la quilla de un yate.

El cine es un hervidero de ideas, o de dinero.


Postpost: Con planteamientos así también empezó Kafka. ¿Seremos tan superficiales que no leemos la metáfora?