miércoles, diciembre 31, 2008

The Game

The Game es, sin lugar a dudas, una de las experiencias más bizarras que se pueden vivir hoy en día. Y un reto lógico, si tiramos de la cuerda. O incluso una filosofía entera, siendo grandilocuentes. Básicamente, The Game es una estupidez que asciende a lo sublime.

Se trata de un juego en el cual la victoria es imposbile. ¿Cómo? Cada vez que piensas en The Game, has perdido. De este modo, no es factible ganar y ser consciente de ello, porque obligaría a pensar acerca del juego, lo cual significaría salir derrotado otra vez.

A partir de esta raíz, resulta interesante reflexionar acerca de si es realmente imposible vencer en The Game. Así, surgen teorías como la de pensar constantemente en el juego, por lo que tu derrota sería proporcionalmente menor -ya que es una única y continua derrota- frente a aquellos a los que eventualmente les viene el juego a la cabeza y, por ello, pierden más veces.

Otro interrogante interesante es quién demonios inventó el rompecabezas. En teoría, todo parte de un juego llamado "Mornington Crescent", que parodia aquellos juegos y deportes con demasiadas reglas. En él, los participantes tienen que decir nombres de estaciones de metro de Londres y el primero que cite la de Mornington Crescent, será el ganador.

En los años 70, John Horton Conway, prominente teórico de juegos y padre de la "combinatorial game theory", intentó crear un juego que no entrase en la definición dada por von Neumann. Creó, a su vez, una parodia del "Mornington Crescent" llamada "Finchey Central" -otra estación-, reduciéndola a una sola regla: el primero en decir Finchey Central gana.

En 1977, miembros de la Cambridge Science Fiction Society solían intercambiar su frikismo entre cervezas en el Groom Pub. Allí, Hornway enseñó a Richard Pinch, uno de los componentes del grupo, su famoso "Finchey Central". Y, en un arrebato de creatividad o soberbia etilia, ambos decidieron llevar esta idea todavía más lejos, violando aún más la ya maltrecha definición de von Neumann.

Estrecharon más la regla y el resultado no sería otro que aquel que simplemente pensase acerca del juego, perdería, lo que nos lleva, por fin, a la teoría más plausible sobre los orígenes de esta locura llamada The Game.


Desgraciadamente para ti, el haber leído esto ya ha provocado, al menos, un par de derrotas, lo cual te coloca por detrás en el ránking con respecto a los del pensamiento único. Y, probablemente, dado que ya has empezado, no podrás parar de jugarlo, siendo vencido una y otra vez. Lo dejo en tus manos, ¿serás capaz de ganar algún día? Permíteme dudarlo.