jueves, septiembre 18, 2008

La verdad sobre todas las cosas

Soy el odio de todas las guerras,
todos los amantes me besan en la boca
cuando cae la noche.
Todas las tormentas de verano resuenan en mí,
galopo con la obstinada fuerza del viento,
soy la lluvia que muere en bandadas
contra el cristal.
Rezo todas la religiones,
amo a todos los dioses,
yo mismo soy un dios sin dios
porque él no es lo suficientemente grande.
Soy el origen de todos los universos por conocer,
todos los planetas giran a mi alrededor,
todos los caminos vienen a mí,
soy la encrucijada y el precipicio.
Hablo las lenguas que no hablo,
conozco todo aquello en lo que nunca he pensado.
Quiero a los insectos y a las flores,
a los perros y a las estrellas;
quiero a la sangre,
quiero a las putas y a los asesinos,
quiero a la enfermedad que mata a mi padre,
la quiero,
porque yo soy el amor.
¿Morir? Morir
es simplemente nacer a la muerte.
Yo soy la muerte,
nada me detiene,
soy un río sin mar,
un continuo fluir.
La vastedad de mi viaje
es estar en todas partes.
He contado todos los números del tiempo,
soy el silencio desde el que la música nace.
Soy lo que todas las cosas son:
las cosas.
Estoy más allá del significado de la vida,
el miedo no me asusta,
lo infinito es sólo el comienzo.
Vomito mundos,
soy la náusea de la creación,
soy la forma antes que el espacio.
No tengo nombre pero soy cualquier palabra:
pájaro, semilla, nube, volcán, reloj;
tu boca tendrá siempre mi trazo
porque soy tú desde todas tus venas.

Soy
la única verdad posible aunque jamás puedas pensarme.