miércoles, octubre 11, 2006

Anatomía de Gray

Ahora que todo el mundo abandona sus altares anhelantes con la inminente vuelta de "House" a la programación de Cuatro, es necesario hablar de esa serie que muchos han considerado un pesado sustituto: "Anatomía de Gray".
Desde un mismo ambiente que es un hospital de prestigio -si bien matizando sus especialidades, por un lado, la cirugía y la residencia, y, por el otro, el diagnóstico de enfermedades extrañas-, ambas propuestas son claramente distantes, y es ahí donde la crítica popular se ensaña con la esencia de Meredith y sus compañeros.
Lo que se le achaca a "Anatomía de Gray" es su carácter de "telenovela", por la presencia, importante, de la temática amorosa planteada en la acción de los personajes principales. Es más, se resta profesionalidad a los médicos de la serie únicamente porque no se lanzan a las piruetas científicas de Gregory House, cuando lo que se está transmitiendo es una imagen más fidedigna de la lucha diaria de la Medicina, llevada a cabo por personas con problemas.


La posición privilegiada de "House" nace, especialmente, por la empatía creada a través de su protagonista. Es difícil que exista alguien como él, está construido, y sólo lo apreciamos en la medida en que, partiendo de su soberbia, su cinismo y su inteligencia, nosotros deseamos ser como él, tener esa capacidad social tan peculiar y sarcástica. Y es en ese punto donde nace el eclipse.
El mayor gancho conseguido a través de un único personaje hace que todo lo demás sea secundario. Es una serie egocéntrica en la que, con el placer de hilar frases cortantes del Doctor House, se permite obviar gran parte de su contenido. De este modo, en muchas ocasiones el planteamiento de cada capítulo se nos muestra previsible: el enfermo agonizante, las dudas, la distopía contra el sistema, el remedio extravagante y la curación.
¿Qué ocurre con el resto del reparto? Apenas sabemos una o dos pinceladas de su existencia, son personajes puramente superficiales, títeres a la sombra del protagonista centrípeto. Sólo un par de veces por temporada se rompe este esquema prefijado y podemos ver debilidades, melancolías o alegrías, situaciones que, por otro lado, son humanas. Son las ocasiones en las que ver "House" vale realmente la pena: cuando te sorprenden.
Si tan sólo vamos a apreciar una serie por cuatro frases memorables que pueda soltar su actor principal, estaremos haciéndola plana, orientando el resto de los minutos a un momento concreto, al tiempo que dejamos de ser críticos nosotros mismos, que nos dejamos contentar con un puñado de palabras que no forman una historia.
El acierto de "Anatomía de Gray" está en que sus personajes son personas durante más espacio, no simples monigotes. Hay profundidad, si no hay sagacidad, pero estamos así más cerca de la realidad y nuestra opinión tendrá un mayor fundamento. ¿Es ser una "telenovela" enseñar "gente"? Creo que lo es más aquella en la que se muestran "construcciones" o "superhéroes".


Y con esto no quiero decir que sea, a mi parecer, mejor que "House" -ambas me encantan-, simplemente, no la considero peor, aunque lo más inteligente sería decir que no se deberían establecer comparaciones. En ese caso también se podrían medir otros aspectos...
Fdo. La Dama de la Rosa