sábado, octubre 07, 2006

Mentes maravillosas

Hay cosas que, pareciendo absurdas en la superficie, lo son también en el fondo, si bien con un matiz que las hace más admirables dentro de lo que entendemos por odiosas tonterías -"tontás"- en las que emplear a los dineroaburridos.

Es el caso de los premios "Antinobel" que, desde su fundación en el año 1991, han repartido subvenciones a los más alocados científicos o pseudoinventores y sus peripecias cerebrales.

Por ejemplo, si nos atenemos a su última edición, los galardones han recaído en investigaciones del tipo:

-"Cómo solucionar el problema del hipo con un masaje digital en el recto", que resulta de aplicar el típico susto pero a gran escala.

-"¿Por qué nos resulta tan molesto el sonido de unas uñas sobre la pizarra?", vencedor en la categoría de "Acústica".

-"A los pájaros carpinteros no les duele la cabeza", primer clasificado en la división recién creada de "Ornitología".

-Y mi preferido, el "Antinobel de la Paz", para el desquiciado, quemado inventor de un "repelente para adolescentes", un aparato que emite un sonido sólo perceptible para el oído en pubertad y que le resulta insoportable. El resto de edades humanas son incapaces de apreciarlo, como si se tratase de un silbato para perros.


Habrá que hacer promoción comercial por nuestros depresivos institutos.