jueves, agosto 10, 2006

El azote honesto

Marbella nunca ha sido ejemplo de honestidad: ladrones, fraudulentos, corruptos, narcos, especuladores. Los que se anclan todo el año allí y no durante la fiesta estival persiguen diariamente el drama de la mala suerte. Ahora, no obstante, el destino bromea con ellos en una burla malsana. El chiste escuece.
Y es que desde los tiempos de Azaña, allá por la Segunda República, nuestra tierra no había parido un dirigente, un político tan astuto como el que en la actualidad conocemos: la alcaldía de Marbella será el objetivo del escote artificial -y hoy también el pelo- de Yola Berrocal, la sex bomb más rellena.
Detrás del ingenioso y grouchiano lema "porque Yola valgo", se esconde un plan de futuro para la ciudad malagueña basado en "la honestidad y la transparencia". El YIL (Yola Independiente Liberal) pretende "gobernar para el pueblo para conseguir el bienestar de estas personas que han sufrido tanto".
Yola, visionaria, desea innovar en el terreno de la política municipal y se ha marcado como obejtivos primordiales la creación "de gimnasios en las playas" y "una concejalía de Salud, Belleza y Estética". Por supuesto, todas las operaciones de cirugía plástica estarán parcialmente sufragadas por capital público, ya que "Marbella ha de ser una ciudad de gente guapa". Además, su intención es instituir una gala de corte Oscars y unos "premios de la música tipo Grammy", de modo que se devuelvan a la ciudad "sus días y, sobre todo, sus noches de glamour perdido".
La candidata se siente confiada ante las próximas elecciones porque la gente "se me acerca porque ven en mí una buena persona y me dicen que cuente con su voto". Por si acaso, ante un posible cambio en la intención de voto, ha planeado ofrecer rinoplastias a cambio de apoyo en las urnas.
Una estrategia infalible. Yola vuela ya como maestra al gabinete de la Casa Blanca.
Fdo. La Dama de la Rosa, flor infatigable