martes, noviembre 14, 2006

Antonio Brú

Parece extraño pero, en ocasiones, puede suceder.
No es la primera vez que las diversas Ciencias se asocian dando lugar a nuevas disciplinas o, simplemente, complementando determinados aspectos que las constituían. Así, sería inviable pensar en el mundo de la Física si antes no hubiese existido una larga tradición en la Matemática.
En este caso concreto, no obstante, se trata de hacer converger las Matemáticas con la Medicina. Antonio Brú, doctor en Física por la Universidad Complutense, afirma haber encontrado una vía de curación para el cáncer -excepto aquellos de carácter linfático o leucémico-.
Su teoría se basa en que existe un patrón matemático para el crecimiento tumoral, que describe a través de una ecuación: la clave está en anular esa estrategia de maduración cancerígena. Sus estudios le condujeron a un leucocito llamado neutrófilo, cuya estimulación en el cuerpo humano es cosa de niños: basta con aplicar un potenciador de las colonias de los mismos granulocitos, el G-CSF, un medicamento de uso hospitalario sin efectos colaterales observados.
Después de acertados resultados in vitro, sobre tejidos y sobre animales, en junio de 2005 publican el primer caso de remisión de cáncer humano, un melanoma. Un segundo caso está a punto de ser publicado y en un año habrá concluido el primer ensayo clínico sobre 25 pacientes con hepatoma (cáncer de hígado).
Sin embargo, su uso -y su conocimiento social-, están estancados. La comunidad médica desconfía de su proyecto ya que no tiene el título corporativo y, a su vez, la industria farmacéutica ve con escepticismo la aplicación de este nuevo medicamento, que considera un error pasajero.
Sólo aquellos enfermos terminales que lo soliciten, después de una dura batalla legal en la que se gastan sus pocas horas, pueden atenerse al "uso compasivo" -como medicina paliativa- de este tratamiento no específico y que, por lo tanto, no está regulado.


Postpost: A pesar de que creen haber encontrado la solución a la mayor epidemia de nuestra actualidad y no pueden aplicarla por la desconfianza de los tiradores de hilo, Brú y su equipo consiguen conciliar el sueño.