martes, mayo 30, 2006

El récord, el sujetador y el peregrino

Este domingo retornó ese peligroso programa que es "El show de los récords". Peligroso, o peripatético, por varias razones: los presentadores y la emoción fingida, el chiste malo, el montaje luminoso, el juez chicano, el concursante perdido y, sobre todo, el récord absurdo. Porque son récords, todo hay que decirlo, de lo absurdo, que plantan de frente la más profunda estupidez humana.
¿Cómo explicarse, por ejemplo, el estado mental de un tío que pretende superar la marca temporal en tragarse una cebolla? Lo ves ahí, con el lacrimal a rendimiento pleno, sufriendo hondamente, con su cebolla como manzana, y, al final, en un último esfuerzo, remata la faena pero, fortuna esquiva, no supera el récord. ¿Qué cara se te queda? ¿Te comes una cebolla para qué, para sacar tu rostro de borracho constante envuelto en lágrimas? Soportar el picor y la acidez para una vergüenza pública. ¡Qué gente!
Sin embargo, más dañino que la plusmarca en sí es su génesis. ¿Cómo se plantea en un comienzo el récord anterior? "Cronométrame ahí, que yo me como esta cebolla". O ese otro récord del hombre que se tiraba desde una altura de diez metros a una piscina con treinta centímetros de profundidad: "Yo, de pequeño, siempre me tiraba en plancha o en castrador". Y luego: "Coge la piscina del niño y pónmela ahí, que yo me tiro desde el tejado". Enfermos.


Pero siempre se te clavan esas marcas que meten de lleno en la disyuntiva: el británico poseedor del récord de desabrochar sujetadores en un minuto (42, con una sola mano y con la camiseta puesta). Yo, que llevo media vida haciéndolo, no me veo capacitada para lograrlo pero, ¿lo convierte eso en un héroe? Personalmente, opino que este personaje nada tiene de galán, es, más bien, un obseso entrenado con su muñeca hinchable, Martha, que después rellena. En cambio, para el Cabaleiro Sentai, este hombre es un ídolo de masas al que ya no habría que hacer una estatua, sino una ermita a la que poder peregrinar.
Un domingo más, un friki más.
Fdo. La Dama de la Rosa, flor infatigable
Postpost: Me presentaré como la mujer más quemada del mundo. Menudo día escogí para estrenarme en la playa (querida lectora Natalia, Cangas es una estación solar).