lunes, mayo 29, 2006

Tensa espera

Los días se agotan y los despachos no son árboles maduros. Todavía penitente en mi habitación, sueño con un cielo azul y niños en un gran jardín, pero también con una televisión generalista cuyo poder analógico cruce todo el territorio.
La Sexta baja pantalones para encontrar el mejor postor y regalarnos, al menos, los frustrantes partidos de España. TVE, Telecinco y Antena 3, las nalgas anhelantes, lanzan sus últimas apuestas por el "interés general" vociferado por Zaplana.
Y es que algunos, que hemos conocido mujer pero no TDT, nos aferramos a la esperanza final aun sabiendo nuestra condena: la normativa europea vigente no permite discriminar entre señal analógica y digital, por lo que todo cuando está llevando a cabo la nueva cadena es perfectamente lícito. Tan lícito como tristemente real, la modernidad nos traga y el precio de un partido es un aparato cuadricular o una Coca-Cola y un poderoso griterío -yo, que soy tan rácano-.
Al menos, como Portugal, siempre nos quedará Cuatro y sus resúmenes de veinte minutos. 1200 segundos perseguidos por un hilo de voz rechoncho e hirsuto: Maradona, el gran fichaje para las retransmisiones. ¿Resistencia? No será difícil, hemos sobrevivido a Míchel y a J.J. Santos.
Es el precio definitivo de ser pontevedrés, no nos salva ni el haber construido el lema de la selección: "Un país, una ilusión". Se nota que su autor- vencedor de una rigurosa criba en la Red- estudia Publicidad y Relaciones Públicas, cómo sabe vender la moto-mentira. Si fuese realista, se habría conformado con: "Un país, una decepción".


Postpost: En comparativa, el lema no tiene ni el sectarismo cristiano de los ucranianos: "Con nuestro apoyo, Ucrania logrará el triunfo"; ni la sobrada zoofílica saudí: "Nada puede parar a los Halcones Verdes". ¿Nada? Quizá el tráfico aéreo: "Las águilas de Cartago vuelan más alto y con más fuerza que nunca", eslogan de Túnez, con el que comparte grupo de clasificación.