viernes, mayo 26, 2006

¡Mamá, hay un friki debajo de mi cama! ¿O es un espejo?

Ahora que la ola se ha roto pero la marea todavía no ha retrocedido completamente, analicemos el fenómeno friki, cuya primera congregación nacional tuvo lugar ayer en Madrid.
Como los grandes filósofos, empecemos por una definición: ¿qué es un friki? Según el Señor Buebo, organizador de la reunión, un friki es "cualquier tío que va por la calle con una pinta un poco rara y, entonces, la gente se para y dice: "Ese tío es un friki". Aaaah...
Para los nominalistas, esto querría decir que el concepto es previo a la experiencia, casi innato, (sé lo que es un friki sin haberlo visto). Para mí, quiere decir que, simplemente, ni dios sabe qué es un friki. Hemos oído algo, turbio y destemplado, sobre su perfil, pero nunca hemos tropezado con su cuerpo, sin embargo, lo reconocemos por nuestra actitud sobre lo extraño. En este sentido, ser friki es relativo, depende del sujeto cognoscente: uno mismo puede ser Gandalf o una simple flor estampada, un espacio coloreado.
¿Cuándo surgen los frikis? Si hacemos caso de esta definición certera, los raros son tan ancianos como las prostitutas. ¿No son acaso Aristóteles, Leonardo Da Vinci o el Marqués de Sade unos putos frikis? ¿No se masturbaban con grandes tragedias griegas, no soñaban con máquinas voladoras, no escribían con sangre? Leer a Shakespeare es tan digno de frikismo como ver "La guerra de las galaxias", pero también lo es coleccionar guantes atrapapolvo o escribir adjetivos opacosonantes o azúcarpegajosos como Joyce. Aunque, quizá, lo más justo sería decir, como verdad solitaria: depende (esto es, nada es absoluto excepto lo relativo).


No ataco al frikismo, sólo a la hifrikesía, a aquellos hifrókitas que pretender ser una raza especial. No puedes jamás autodenominarte friki, ni vanagloriarte de ello, porque únicamente te conviertes en uno detrás de qué ojos contemplativos. Cuatro cómics o un anime gastado no tienen por qué hacerte anormal, tal vez sólo seas una rancia estatua de semen proyectada desde el ordenador.
Frikis somos todos o nadie, incluso Aznar, todo nace de lo que tu cerebro estipule como "normalidad". Qué gran mentira, sino, todos esos "frikis", con casco de Dart Vader que oculta una cabeza que no se sabe ningún diálogo de "El imperio contraataca"...
Postpost: Además, qué coño de mandamiento es ese "derecho a ser virgen hasta que uno quiera". ¡Mi reino por una paja! Suxa, mala, asquerosa... (gracias, Alexander DeLarge).