viernes, junio 09, 2006

Celebraciones: cuando el mundo rota sobre eje extraño

Siempre he sido de los que admiran la creatividad de las grandes celebraciones: coreografías, pirotecnia, colores, música, gritos, plástica... pero, después de ver la inauguración del Mundial de Alemania, me pregunto si debo continuar con este exigente pasatiempo.
¿Qué esperar de una ceremonia de sosos de metro noventa, ni siquiera alcoholizados como en las grandes óperas de Smetana? Resulta significativo el hecho de que lo que más ha llamado la atención en el espectáculo ha sido el juego de contrastes entre Claudia Schiffer (gloria caída, muchas bocas clamaban por la nueva diva Heidi Klum) y Pelé. Porque el torrente multicolor del baile bávaro, tradición estúpida al nivel de los Juegos Bizarros ingleses, fue ardientemente penoso: golpes en las caderas, las canillas, los codos y los pies, como una tuna de instrumentos robados y sin clavelitos.
Enésimos mosaicos abstractos, indescifrables, y esa canción, rebotada en las nubes más bajas, pegadiza y profunda: "Oé, oé, oé", en los gallos del intérprete, en los bafles raídos, en los tímpanos doloridos. Cada vez está más cerca de la gloria nuestra estupendísma "A por ellos", poesía pura.
Llamadme nostálgico o partidista -yo, que tanto he hablado aquí del Estatut-, pero todavía no he visto una emoción tan contenida, una respiración tan suspendida como esta. Y es que Epi no conseguía llegar y soplaba una brisilla molesta, que hacía temer lo peor, aunque, siendo sinceros, probablemente se haya activado toda la ilusión con un simple mecanismo.



¡Esos eran tiempos, España ombligo del planeta!
Postpost: El mundo al revés. Andrés Montes es el comentarista de La Sexta: jugón, Iniesta, ratatatatá Pernía, Ronaldinho, la samba hasta el sexto anillo. E Iñaki Cano detrás de Gasol, venga ya.