jueves, junio 01, 2006

El Rey Pescador

La historia del Rey Pescador comienza cuando, siendo niño, el rey tiene que pasar una noche solo en el bosque para demostrar su valor y convertirse en rey. Mientras pasa la noche solo, le sorprende una visión sagrada. En la hoguera, se le aparece el Santo Grial, símbolo de la gracia divina del Todopoderoso, y una voz le dice al niño: "Tú custodiarás el Grial para que puedas curar los corazones de los hombres".
Pero el muchacho quedó cegado por la impresionante visión de una vida llena de poder, gloria y belleza. Y en un estado de inmenso asombro, se sintió por un instante no como un niño, sino invencible. Como Dios. Se acercó a la hoguera para coger el Grial y el Grial desapareció, quedando su mano en el fuego, que le produjo grandes quemaduras.
A medida que el niño crecía, la herida se hacía más profunda hasta que, un día, la vida perdió aliciente para él. Ya no tenía fe en los hombres, ni en sí mismo. No podía amar, ni ser amado. Estaba hastiado por sus experiencias y empezó a morirse.
Cierto día, un tonto penetró en el castilo y encontró solo al rey. Y, al ser tonto, era un ingenuo, y no vio que era el rey. Sólo vio a un hombre a solas, lleno de dolor, y le preguntó: "¿Qué te aflige, amigo?". Y el rey le respondió: "Estoy sediento y necesito agua para refrescar mi garganta". El tonto cogió una copa que había junto a su lecho, la llenó de agua y se la dio.
Cuando el rey comenzó a beber, se apercibió de que su herida estaba curada. Miró sus manos y allí estaba el Santo Grial que había buscado durante toda su vida. Se volvió hacia el tonto y le dijo: "¿Cómo has logrado encontrar tú lo que mis mejores hombres no han podido?". Y el tonto respondió: "No lo sé, sólo sé que tú tenías sed".