miércoles, noviembre 28, 2007

A ti

Escribo desde la soledad,
desde la ausencia,
desde la ceniza,
porque se consume lo que tan sólo
puede arder.

Escribo desde el dolor,
desde los sueños derramados
a lo largo de los años,
desde la melancolía,
desde la agonía de las ilusiones
ante el frío sudor de la verdad.

Escribo desde el silencio,
desde el implacable silencio
en la última tensión de los músculos de la madre,
en el rostro hecho piedra para la eternidad.

Pero escribo como resistencia,
como voluntad de lucha,
como grito intenso de vida.

Escribo
porque quizá
una palabra sea más fuerte
que el tiempo o que la muerte.

Escribo
porque tal vez
desde la raíz corra mi sangre hacia el papel
o una secreta intuición arrastre mi alma
como para no morir nunca,
como para que algo de mí me sobreviva
cuando el olvido arrase toda esperanza
al amanecer.

Escribo, al fin,
porque sé que mis carnes ya no se abrirán al día.

Entonces,
únicamente entonces,
escribir será la forma de quedarme a tu lado para siempre,
y tu sola mirada
será el relato de mi inmortalidad
y mi miseria.