miércoles, mayo 03, 2006

Una rosa con espinas, un genocida y una mentira al viento

¿Quién me mandaría cruzar las columnas del Non Plus Ultra? Si te encuentras con un monstruo, huye, no busques amarlo, no quieras conocer su pasado, intentar comprenderlo para identificarte con él. Si pretendes llegar hasta el final, no te lamentes si las rosas se llenan de espinas.
Todo comenzó inocentemente esta mañana a través de esta entrada de nuestro amigo Chexire. La sugerencia de su identidad -"El peor vídeo de música de la Historia"- nos hace irresistible el remover en la basura, como gatos vagabundos, para encontrar aquellos desperdicios que otras bocas que no han sabido degustar.
Al principio, las corrientes parecen discurrir por los cauces normales. Danny es un tío de largo historial musical en Finlandia, al igual que su compañera Armi. Esta mujercita dio su gran salto a los 17 años al convertirse en Miss de su país natal, el trampolín perfecto para acabar en el dúo escandinavo más famoso junto a Danny. La competencia con ABBA era o no feroz pero pronto se rompió, cuando los dos artistas emprenden su carrera en solitario.
Es fácil descubrir las razones de la ruptura viendo la evolución músical de él, capaz en la actualidad de preparar espectáculos dignos de los Judas Priest -si bien no olvidando sus orígenes casposos-. Armi, desgraciadamente, falleció en 2002, dejando atrás una amplia carrera como solista.
Pero, por supuesto, todo este perfil biográfico es una desviación que no interesa. Lo que realmente está en el ojo del huracán, en el sujeto de la pregunta, es quién está detrás del vídeo y, sobre todo, de la coreografía de "I wanna love you tender". ¿Quién ha perpetrado semejante crimen contra la Humanidad?
Precisamente la expresión "crimen contra la Humanidad" define a la perfección el semblante de tan genial coreógrafo. Quizá con ánimo de bulo, aunque bien es cierto que con una documentación fiable, se dice que es Slobodan Milosevic, famoso genocida hoy muerto, el autor de esta obra de arte. ¿Slobodan Milosevic?




Personalmente, no me lo creo pero, hijos míos, poniéndonos serios, si alguien ha sido capaz de lanzar esta mentira al viento, propaguémosla hasta las más lejanas fronteras. El reto que planteo es utilizar esta farsa para superar la de Ricky Martin, el perro y la vulva dulce: todo el mundo lo ha visto o conoce a alguien que lo haya visto.
Digamos, afirmemos rotundamente, que ha sido este bonachón yugoslavo el coreógrafo del videoclip. Tal vez, cuando el destino nos lleve lejos, descubramos la flor que hoy nace de esta semilla mentirosa.
Postpost: Gracias, Chexire, por regalarme la inspiración.
Postpostpost: No olvidéis ese otro temazo finlandés que ganará Eurovisión este año.