lunes, marzo 17, 2008

Seis palabras

Cuando Hemmingway todavía daba algún que otro coletazo -no sólo literario sino etílico-, un periodista le propuso un reto de condensación: escribir un relato mínimo en tan sólo seis palabras. Para este grande del minimalismo y de la oración simple, este desafío no supuso, sin embargo, ningún problema. Pronto, más que pronto, respondió:

"Vendo zapatos de bebé, sin estrenar".

Sin ser en seis palabras únicamente, otros autores sí lograron por su parte construir una historia, al menos, en una sola frase, tal es el caso del guatemalteco Augusto Monterroso, cuyo mérito está en dejar la marca en 7:

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía seguía allí".

Lo cierto que es que, en la actualidad, el furor por la microficción ha explotado en EE.UU. Como consecuencia, aquí también se realizan sucedáneos de la fiebre. Aún así, la verdadera tradición se encuentra al otro lado del Atlántico, donde lo que se pretende es, por un lado, construir una autobiografía y, por el otro, una mininovela.


Disfrutad de algunos ejemplos:

“Muy confundido, leyó su propio obituario”, Steven Meretzky.

“Era muy caro seguir siendo humano”, Bruce Sterling.

“Salvó al mundo volviendo a morir”, Ben Bova.

“Hallan cadáver incompleto. Médico compra yate”, Atwood.