domingo, diciembre 09, 2007

Loco Karlheinz

Stockhausen fue una de esas figuras geniales en todos los sentidos. Y lo digo no sólo por su indudable talento, a pesar de lo experimental y a veces incomprensible de su música, sino también por su actitud ante la vida.

Los grandes artistas son extravagantes. Y los verdaderos artistas lo son por naturaleza, sin necesidad de posturas públicas premeditadas. Las normas o sus límites no estuvieron más allá de su batuta, él fue quien determinó su camino. Quizá por ello ha traspasado tantas fronteras y ha sido influencia inesperada de músicos más allá del campo clásico como lo fue John Lennon.

En una ocasión, fruto de esa inherente libertad que le caracterizaba, llegó a decir que el atentado del 11-S había sido la mayor obra de arte de la Historia. Evidentemente, llovieron críticas, pero no son realmente críticas para alguien que está por encima de ellas, que vive fuera de ellas.





Se ha ido un compositor inclasificable, capaz de hacer un cuarteto con instrumentos de cuerda clásicos y un helicóptero. Lástima no haber ganado unos segundos a la muerte: "Licht", su gran obra, una ópera de 24 horas de duración que narra una lucha entre el arcángel Gabriel, Eva y Lucifer, no verá tal vez nunca la luz. Seguro que Wagner se habría removido en su tumba.